CÓMO OPTIMIZAR MIS COMPETENCIAS PROFESIONALES


Las competencias  podemos identificarlas desde dos perspectivas: (i) como competencias colectivas, usadas en la Gestión de Personas por Competencias, y (ii) como competencias individuales desarrolladas por las personas, enfocadas a su especialidad. Las primeras comprenden un modelo que aplican las empresas en todos sus niveles y que nos permite identificar cuáles son aquellas que más se adaptan al perfil del puesto dentro de la organización, ya sean estas genéricas, es decir comunes para la mayoría de los puestos, o específicas para el puesto en particular; y las segundas están orientadas al desarrollo de la persona individual, la que desarrollará sus competencias para adaptarse posteriormente al mercado laboral, ya sea en una empresa o formando nuevas empresas o negocios.

Las competencias son aquellas actitudes o características de personalidad relacionadas con el comportamiento del individuo que generan un desempeño exitoso en el puesto de trabajo, variando éstas de acuerdo a las características de la organización y/o del mercado donde se genera la actividad, definiendo el término exitoso, como el rendimiento del individuo que está por encima del promedio del rendimiento de los trabajadores. 

Las competencias centradas en el individuo involucran la capacidad de satisfacer demandas o llevar a cabo tareas con éxito, centrado en los valores, actitudes, habilidades  y comportamientos, las mismas que deben ser identificadas de acuerdo a la especialidad o profesión que ejerza la persona. Una vez desarrolladas adecuadamente, se ponen a consideración del mercado laboral o de los negocios.

Ambas competencias se complementan, mientras  las competencias colectivas están debidamente identificadas en las organizaciones para lograr tener éxito en su funcionamiento, las competencias individuales las tienen las personas para adaptarse a las necesidades de las organizaciones o los negocios. En las organizaciones, no es suficiente contar con profesionales con formación académica y experiencia de alto nivel o recorrido, si las personas que poseen estas cualidades son irresponsables, no se adaptan a los cambios, no tienen empatía, son intolerantes, no tienen habilidad de liderazgo, entre otras razones. Es decir, no tienen las competencias necesarias para tener un alto rendimiento, por eso es necesario identificar las competencias que requiere cada puesto de trabajo, en función a la visión, misión, objetivos y metas de la organización y ponerlas en conocimiento de todos los trabajadores.

Finalmente, para los profesionales que quieren desarrollar sus competencias individuales, primero tienen que identificar cuáles son las competencias que más se adaptan a su especialidad, y partir de ahí orientar su comportamiento y actitudes al cumplimiento de las mismas. Por ejemplo, un economista deberá buscar competencias relacionadas a la habilidad numérica, habilidad analítica, orientación a los resultados,  compromiso, integridad, conocimiento del mercado, entre otras; un abogado tendrá que identificar competencias tales como integridad, ética, relaciones públicas, autocontrol, comunicación, franqueza-confiabilidad, entre otras; y un docente tendrá que desarrollar las competencias de compromiso, tolerancia, innovador, social, entre otras, como se aprecia en el gráfico a continuación. 

Juan Arroyo
Gerente de Talento Humano


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